Transforme Mi Vida Con Enfrentar Mi Peor Miedo: La Comida

By amsholistichealth

Una Historia de Experiencia Propia

Escrito por Anna María Sánchez. Editado por Karla Aguerrebere.

Mi nombre es Anna María Sánchez, pero todos me dicen AMS. Soy una ecuatoriana-española-americana de Miami que actualmente vive en Ecuador y hoy quiero compartirles la historia de cómo logré sanar mi relación con mi cuerpo y la comida a través del mindfulness (conciencia plena).

Tenía 16, casi 17 años cuando mi relación negativa con la comida comenzó. En enero del 2011, unos amigos y yo pasamos el día en casa de una amiga en común en Miami, Florida. Fue un día muy divertido, o por lo menos lo fue para todos los demás. No podía poner atención en lo agradable que era el clima o la vista. Estaba concentrada en lo incómoda que me sentía en bikini.

Entré a Facebook a ver las fotos que mis amigos tomaron temprano ese día. Abrí una notificación y me sentí horrorizada. Fue la primera vez que me vi a mí misma y lo odié. Pensé “¿en verdad soy yo?”. Desde ese día, todo cambió.

Mi cabeza estaba tan nublada por mis propias inseguridades que me parecía imposible tomar cualquier decisión, mucho menos una que implicara lo que haría con mi futuro“.

Logré perder mucho peso y estaba aterrorizada de recuperarlo. El miedo a subir los kilos perdidos me volvió ansiosa, ansiosa de socializar con mis amigos, de ir a restaurantes, de ponerme un bikini o comer usando bikini.

Me aterrorizaba no tener control de lo que comía o cuándo lo comía. Sin embargo, enfrentaba el estrés y la ansiedad con atracones de comida. Esto me hacía sentir avergonzada y culpable, lo que me llevó a castigarme dejando de comer, y así, la angustia por la comida se convirtió en un círculo vicioso que duró casi cinco años. Afortunadamente, con terapia y apoyo familiar, rompí el ciclo, pero dentro de mí sabía que algo seguía faltando para sanar por completo.

Consideré aplicar a la escuela de Nutrición, pero me convencí de no hacerlo. Me gradué de Tecnologías de la Información [Informática]. Luego, me mudé a Nueva York para convertirme en reclutadora de Informática, solo para renunciar seis meses después y tomar un empleo como niñera. Me costó 6 meses dentro de la fuerza laboral darme cuenta de lo importante que es disfrutar lo que haces. Gozar de tu vida es esencial para llevar una vida saludable.

Gozar de tu vida es esencial para llevar una vida saludable“.

Mi tiempo como niñera fue espectacular. Me sentía estable. Adoraba a los dos niños que cuidaba, pasaba mis días con ellos recorriendo las calles de Nueva York, jugando en los parques y visitando museos. Estaba feliz, pero dentro de mí sentí el regreso de mi ansiedad. Sabía que trabajar como niñera no sería permanente, tenía que tomar otra decisión sobre mi futuro. Mi salud comenzó a sufrir de nuevo.

Comía sano y me ejercitaba con regularidad, pero algo estaba mal, constantemente me sentía fatigada. Mi estómago se hinchaba después de cada comida, sin importar qué tan sanos fueran mis alimentos.

Odiaba la comida, me hacía sentir mal, así que volví a desarrollar una mala relación con ella. Visité innumerables doctores, todos me dijeron lo mismo: deja de comer gluten, lácteos, cafeína y cambia a una dieta baja en calorías. Nada funcionó, porque nadie se preocupó en mencionar que la salud es mucho más que comida.

Cuando se trata de tu salud, lo que comes es solo una parte de la ecuación. La otra, y la más importante, para ser muy honesta, es cómo comes“.

Recibí un email de parte del Health Coach Institute. El correo tenía en adjunto un video con información sobre lo que ellos enseñaban en su programa. Lo que aprendí en esa breve publicidad cambió mi vida. Mi pobre digestión, hinchazón y fatiga… no tenían nada que ver con lo que estaba comiendo. Tenía todo que ver en cómo lo estaba comiendo.

The Cultura Media

A diario reflexiono para contestar la pregunta “¿qué está mal en cómo estoy comiendo?”. Me di cuenta de que me movía a una velocidad acelerada, corría de un lado a otro dejando niños en la escuela, cocinando, poniendo ropa a lavar, tendiendo camas, recogiendo juguetes. Aceleraba mi vida y mis comidas.

No se trata solo de lo que comemos y cómo nos ejercitamos, es sobre nuestra relación con la comida, con nuestro cuerpo, con nosotros mismos y con los demás. Es sobre cómo lidiamos con el estrés, nuestros patrones de sueño, y encontrar momentos de conciencia cada día.

Comer se ha vuelto una actividad sin conciencia. Comemos mientras trabajamos, estudiamos o navegamos en redes sociales. Olvidamos estar completamente presentes, desacelerar, tomar nuestro tiempo y saborear lo afortunados que somos de poder nutrirnos.

Solía pensar que la nutrición solo era acerca de la comida, pero por medio del coaching de salud aprendí que nutrirnos a nosotros mismos debe tener un enfoque de 180 grados.

Antes, la comida no era algo que disfrutaba. Era algo que me hacía perder o ganar peso. Nada más.

Pero la comida es mucho más que eso. Tres años atrás comencé este camino consciente y desde entonces la comida se ha vuelto algo que me complace y sobre lo que estoy agradecida. Mi salud y mi cuerpo son la razón de que sea capaz de sentarme hoy aquí y compartir mi historia con todos ustedes.

Ser más consciente durante tus comidas puede ser desafiante al principio, pero aquí te dejo cinco sencillos pasos para ayudarte a comenzar.

  • Deja todas las distracciones de lado.
  • Haz 10 respiraciones profundas
  • Expresa en silencio tu agradecimiento por los nutrientes que estás a punto de recibir.
  • Mastica tu comida minuciosamente (20-30 veces por bocado).
  • Baja tus cubiertos entre cada bocado y respira.

Conoce A La Autora 


Anna María Sánchez es instructora de yoga a base de plantas y coach de salud. La pasión por su trabajo nace de la intención de ayudar a las personas a transformar sus vidas, lo que la llevó a diseñar un programa de apoyo de diez semanas para que las personas que hacen dieta puedan renunciar a ellas, creando hábitos duraderos para una vida feliz y saludable.